Los humanos siguen evolucionando ante nuestros ojos, y un ejemplo claro de ello se encuentra en la meseta tibetana, donde las comunidades se han adaptado para vivir a grandes alturas con niveles bajos de oxígeno. En estos entornos, las poblaciones han desarrollado características biológicas únicas que les permiten hacer frente a la hipoxia, una condición donde el cuerpo recibe menos oxígeno de lo necesario. Pensábamos que la evolución del ser humano se había detenido, pero esto cambia nuestra percepción por completo.Según podemos leer en ScienceAlert, una investigación liderada por la antropóloga Cynthia Beall ha descubierto que mujeres tibetanas con mayor éxito reproductivo tienen niveles intermedios de hemoglobina, que transporta oxígeno en la sangre, y altos niveles de saturación de oxígeno. Esto maximiza el suministro de oxígeno a los tejidos sin espesar la sangre, evitando el esfuerzo extra para el corazón.Adaptación extrema en la meseta tibetanaEl estudio, que abarca a 417 mujeres de Nepal que viven a más de 3,500 metros de altura, ha revelado que los niveles óptimos de hemoglobina y una alta saturación de oxígeno en la sangre permiten una adaptación efectiva a la hipoxia. Este fenómeno de adaptación puede explicarse mediante la selección natural, en la que los rasgos que maximizan el éxito reproductivo tienden a prevalecer. Este caso es un ejemplo de evolución en curso, al igual que la forma en que organismos antiguos, como una medusa de 555 millones de años, allanaron el camino de la vida moderna.Además de la saturación de oxígeno, las mujeres con …