Un grupo de científicos ha analizado a detalle una de las primeras imágenes icónicas del telescopio espacial James Webb de la NASA, descubriendo docenas de chorros energéticos y estrellas jóvenes que hasta ahora habían estado ocultas por nubes de polvo.
De acuerdo con la agencia, este es el comienzo de una "nueva era de investigación" sobre cómo se forman estrellas como nuestro Sol, además de revelar cómo la radiación de las estrellas masivas cercanas puede afectar el desarrollo de planetas.
Los investigadores analizaron específicamente la imagen del Webb que capta los Acantilados Cósmicos, una región en el borde de una gigantesca cavidad gaseosa dentro del cúmulo estelar NGC 3324, en la Nebulosa Carina, que los científicos consideran como un semillero para la formación estelar.
Aunque este objetivo ya había sido estudiado por el telescopio espacial Hubble, muchos de sus detalles habían permanecido ocultos en las longitudes de onda de luz visible.
Sin embargo, el Webb está preparado para descubrir estos detalles, pues se diseñó con la intención de detectar chorros y flujos de salida que solo se ven en infrarrojo de alta resolución, permitiendo también rastrear el movimiento de otras características capturadas previamente por el Hubble.
El Webb sigue revelando nueva información en sus capturas
En este nuevo trabajo, se descubrieron dos docenas de flujos de salida previamente desconocidos de estrellas "extremadamente jóvenes" revelados por hidrógeno molecular.
Con las observaciones, se encontró una gran cantidad de objetos que van desde pequeñas fuentes …