El conflicto entre el magnate tecnológico Elon Musk y OpenAI podría tener implicaciones profundas para la industria de la inteligencia artificial. OpenAI, que ha dependido hasta ahora de fuertes inversiones de Microsoft, se enfrenta presiones para completar su transición a una estructura con fines de lucro mientras busca mantenerse competitiva frente a sus rivales en el sector de la IA.
Ahora, en una nueva etapa de un conflicto que aúna tanto enfrentamientos legales como rivalidades tecnológicas, Musk ha subido la apuesta en su pulso contra OpenAI (y contra el principal socio estratégico de éste, Microsoft).
Y esto no sólo se ha reflejado en el ámbito de los tribunales, sino que sus rivales temen que también lo haga en el campo político, ahora que Musk está a punto de entrar a formar parte del nuevo gobierno estadounidense liderado por Donald Trump.
El corazón del conflicto: la transformación de OpenAI
El enfrentamiento entre Musk y OpenAI tiene sus raíces en la conversión de esta última de una organización sin fines de lucro a una estructura híbrida con margen para el fin de lucro en 2019, un movimiento que Musk considera una traición a la misión original de la compañía.
Según Musk, OpenAI (compañía que él mismo cofundó en 2015) fue concebida para democratizar la inteligencia artificial, pero su búsqueda del lucro desvirtuó hace años ese propósito.
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