Emily en París es el mejor ejemplo de que muchas veces no hacen falta historias tan originales o enrevesadas para meterse al público en el bolsillo, simplemente un personaje que nos entretenga, con el que podamos sentirnos identificados y que discurra en un entorno bonito. Después de tres temporadas, parece que la exitosa comedia romántica de Netflix todavía tiene muchas historias por contar, lo cual podremos comprobar dentro de unos meses en la cuarta temporada de la serie.Lilly Collins es la encargada de dar vida a Emily Cooper, una chica de 29 años que se muda de Chicago a París por una oportunidad laboral en una prestigiosa empresa de marketing. Su misión es llevar el punto de vista estadounidense a la empresa francesa, así que el choque de culturas será el pan de cada día con sus compañeros, pero a esto se suman los desafíos de comenzar su vida de cero en una ciudad extranjera, con nuevas amistades y nuevos amores, como no podía ser de otra manera.Al final de la tercera temporada, Emily es despedida por Sylvie después de una cena de negocios desastrosa, aunque consigue recuperar su trabajo en la Agencia Grateau. Por otro lado, Camille le echó en cara a Gabriel que siguiera enamorado de Emily, y su novio hizo lo propio con ella, hasta el punto que Alfie decidiera marcharse… ¿definitivamente? Pero eso no es todo, porque la temporada culminó con un bombazo: Gabriel le confiesa a Emily que Camille está embarazada, dejando a Emily con …