Emily Eternal por M. G. Wheaton. Hodder & Stoughton 2019. 305 páginas.
En lugar de esperar unos 4.500 o 5.000 millones de años a agotar su hidrógeno y comenzar a expandirse y churruscar la Tierra en el proceso al Sol se le termina el combustible a principios del siglo XXI –ahora, vaya–. Así que a nuestro planeta y a nuestra especie apenas le quedan tres o cuatro meses.
Tras darle la vuelta a un cierto número de alternativas parece que el plan más plausible para intentar salvar de algún modo a la humanidad es «escanear» la composición de todos y cada uno de los seres humanos y mandar esos escaneos al espacio en una especie de arca digital con la esperanza de que en algún momento del futuro algo o alguien pueda traerlos de vuelta. Es un escaneo tan completo que incluye sus memorias y sentimientos, algo así como un mapa completo de todas sus conexiones cerebrales; aquello que hace cada persona ser quien es. Es un plan liderado por los Estados Unidos y coordinado a través de las Naciones Unidas.
El proceso ha sido diseñado por personas que trabajan para el gobierno de los Estados Unidos. Pero para implementarlo a nivel mundial necesitan a Emily, la Emily del título. Emily se define a si misma como una conciencia artificial, no una inteligencia artificial. Lleva varios años en desarrollo y parte de su formación viene de interactuar todo lo posible con seres humanos y de la forma más realista posible. …