A lo largo de los Estados Unidos, todas las tiendas que no son consideradas esenciales están cerrando sus puertas, ya sea por voluntad propia o por órdenes del gobierno, esto con la finalidad de mantener seguro a sus empleados y evitar un mayor contagio del COVID-19. Pero el personal de la tienda de videojuegos GameStop asegura que los gerentes y los altos ejecutivos no están cumpliendo con estas ordenanzas.