11 de noviembre de 1996. Apple presenta su nuevo y ambicioso plan: una cadena de cibercafés. Londres, París, Nueva York, Tokio y Sydney, entre otras ciudades, acogerán estos exclusivos y futuristas Apple Cafés. No faltará de nada: los usuarios podrán "navegar por Internet a altas velocidades, jugar juegos y diseñar páginas web junto con las ofertas de un café de servicio completo".
La marca se asocia a Landmark Entertainment Group, Mega Bytes International y Artists Rights Foundation para anunciar el megatón. "Un pequño Disney", dicen. Detrás de estas empresas están algunos de los hoteles y complejos industriales más lujosos del mundo, como el Caesars Palace en Las Vegas, el parque temático de Jurassic Park de Universal Studios y otros muchos resorts temáticos. Y justo en el último momento se toma una decisión sensata: dar marcha atrás y congelar el proyecto.
Apple quería su propio Starbucks
En 1996, los cibercafés eran algo en ciernes. Por un lado estaban los Hard Rock Cafe o los Planet Hollywood, dos iconos de la cultura popular que languidecen año tras año. Starbucks, por su parte, lleva desde 1971 sirviendo café a precios discutidos pero regalando una estable conexión WiFi que celebran millones de estudiantes cada año. Novelas y guiones de películas se han escrito al hogareño confort de los butacones de esta cadena.
El mismísimo Steve Jobs participó en el diseño de estos cafés. Él fue, junto a Tony Christopher —fundador de Disney Imagineer—, el responsable de …