¿Alguna vez has visto salidas USB pegadas en las paredes? Sea cual sea tu respuesta, seguramente te preguntarás por qué alguien colocaría una memoria en las calles y la respuesta tiene sus matices. Hace 14 años, un artista alemán inició un proyecto un tanto inusual: fijar unas cuantas USB en los muros de su localidad.
Actualmente hay más de 2,500 de ellas alrededor del mundo y son conocidas como 'Dead Drops'. Aquí te contamos la fascinante historia de este proyecto, que inició como parte de una "resistencia" contra los servicio en la nube.
Actualmente, los servicios de almacenamiento en la nube son una cosa extremadamente común. Guardamos archivos de todo tipo en Google Drive, las compañías de videojuegos ofrecen dichos servicios para guardar partidas, y se transmite contenido multimedia desde sus sistemas.
Pero en 2010 la nube estaba dando sus primeros pasos y como todo tipo de tecnologías, tenía sus detractores. Aquí es donde comienza el proyecto 'Dead Drops', nombre que se tomó de las raíces del mundo de la inteligencia y contrainteligencia, donde es común utilizar métodos de intercambio de información clandestina para evitar ser rastreados.
De esa manera, el fin del proyecto era que todos pudieran tener acceso gratuito a memorias USB escondidas en las calles de Alemania, inicialmente. En la actualidad, 'Dead Drops' está presente prácticamente en todo el mundo, con sus más de 2,500 memorias repartidas, concentrándose principalmente en Europa.
'Dead Drops' en México
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