El Centro Histórico de la Ciudad de México sin duda oculta aún muchos vestigios del pasado glorioso de Tenochtitlan, esa ciudad que "es chinampa en un lago escondido" y que a últimas fechas ha mostrado su pasado prehispánico a los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Sobre la calle República del Perú, detrás de los muros que guardaban una vecindad se encontraron los aposentos de nobles mexicas que habitaron el barrio de Colhuacatonco, donde el "deporte" principal era presentar una resistencia pasiva a los conquistadores españoles.
De habitación de nobles a vecindad
Tras las lluvias que han bañado a la ciudad de México en los últimos días, María de la Luz Escobedo Gómez, arqueóloga, se encuentra entre el lodo con las estructuras prehispánicas que aún se yerguen en este espacio, cerca de lo que se denomina "La Lagunilla" pues desde tiempos inmemoriales batallaban con el lodo los antiguos habitantes de estos terrenos.
Sabemos que lo encontrado eran habitaciones de nobles y sus familias pues solamente ellos tenían habitaciones de piedra, al norte del terreno se ubica un recinto muy probablemente dedicado a actividades ceremoniales, que mide 3.16 m de largo por 3.40 m de ancho, con un piso de excelente manufactura que recuerda al Templo Mayor.
En este recinto se respira intimidad, al centro hay un círculo con rayos hecho en pintura negra, probablemente un antiguo escudo, en la esquina noroeste, se encontraba un fogón que se utilizaba para iluminar el espacio.
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