Durante cinco años, un médico desafió la creencia de que la ducha diaria es imprescindible. Sus conclusiones son sorprendentes: ¿podría ser un hábito más cultural que higiénico? Además, alerta sobre los riesgos de una limpieza excesiva y el impacto real de los productos de higiene. ¿Estamos dañando nuestra piel sin saberlo?