Muchas veces, el ritmo frenético que llevamos en nuestra rutina hace que no tengamos tiempo de pararnos a apreciar las pequeñas cosas de la vida, y simplemente dejamos que esta nos arrolle cada día. El año pasado, el mundo del séptimo arte nos regaló una de esas películas en las que, sin pasar nada, pasa absolutamente de todo. La firma Wim Wenders, el director de Paris, Texas (1984), quien ha logrado algo todavía más complicado que recibir una nominación al Óscar 2024 por 'Mejor película internacional', y es con conmover al público a través de la observación de lo cotidiano.Se trata de una de las mejores películas japonesas de la historia y la 8ª mejor película de 2023 (aunque a España llegó a principios de este año), casi a la altura de títulos tan sonados como Oppenheimer o La sociedad de la nieve. No lo decimos nosotros, lo dice este ranking de FilmAffinity y la web de reseñas más popular del sector, donde se refleja que ha cautivado por completo a la crítica y al público: tiene un espectacular 96% y 90% de valoraciones positivas en Rotten Tomatoes, respectivamente.Una lección de sencillez que remueve por dentro e invita a la reflexiónEl protagonista es Hirayama (Kôji Yakusho), un hombre que trabaja como limpiador de baños públicos en Tokio. A pesar de la naturaleza aparentemente mundana de su trabajo, parece contento con su sencilla y estructurada vida, cuyo tiempo libre dedica a sus verdaderas pasiones: la música, los libros, la fotografía y …