A finales de los 90 y principios de los 2000, se estrenaron diversos thrillers psicológicos que hoy se consideran de culto, y que continúan distinguiéndose por ser tan impactantes como desconcertantes. Fight Club, American Psycho, Memento, Mullholland Drive, son algunos ejemplos, pero no podemos olvidar aquella cinta de viajes en el tiempo que catapultó la carrera de Jake Gyllenhaal.
La noche del 2 de octubre de 1988 en un pueblo de Virginia, un joven conducido por el sonambulismo persigue a una enorme figura con disfraz de conejo. Este le dice que el mundo se acabará en la noche de Halloween, exactamente en 28 días, 6 horas, 42 minutos y 12 segundos. Cuando despierta al día siguiente, descubre que en su habitación ha caído el motor de un avión. Esto es: Donnie Darko.
Decir más de la trama es tener que contarla al pie de la letra. La complejidad en el debut como director de Richard Kelly es tan basta, que el simple hecho de querer abordar la cinta significa hablar de un extraño viaje donde la narrativa da vuelta tras vuelta que pocos han logrado entenderla del todo.
Catalogada dentro del género de ciencia ficción, Donnie Darko se convirtió en esas películas que en su lanzamiento no fueron la gran cosa, pero que con los años y al ganarse más y más adeptos, logró posicionarse como un fenómeno contracultural dentro del séptimo arte. Al mismo estilo que las propias obras surrealistas de …