Hoy he tenido la oportunidad de escaparme a visitar Escher en el Palacio de Gaviria es una exposición sobre la vida y obra del increíble y siempre sorprendente Maurits Escher (1898-1972) producida por el grupo italiano Arthemisia, que ha aprovechado un espacio antiguo como es el viejo edificio rehabilitado en pleno centro de Madrid (calle Arenal) como marco de la exposición.
Hay unas doscientas obras expuestas de todas las épocas el artista neerlandés, desde las de los primeros años de Escher (años 20 y 30) a las últimas (años 70), así como un vídeo-resumen de unos cinco minutos, varias cabinas especiales para hacerse fotos curiosas con espejos y algunos interactivos con los que comprobar cuestiones sobre la percepción visual, revisar los diarios de Escher y algunas de sus fotos personales.
Quien conozca bien su obra o haya podido ver en su día Los universos infinitos de M.C. Escher (Granada, 2011) o M.C. Escher. El arte de lo imposible (Madrid, 2006) no descubrirán demasiadas cosas nuevas: la exposición es relativamente pequeña, mucho más que aquellas superproducciones donde había más obras, vídeos y otros aderezos.
Además de las clásicas obras con sus figuras imposibles (Belvedere, Subiendo y bajando) –que curiosamente son muchas menos de las que la gente cree que tiene– y sus perspectivas y personajes increíbles (Relatividad, Reptiles) había también alguna que otra pequeña obra curiosa: postales, ex-libris y emblemas.
Lo más destacado, para mi gusto: que había muchas obras sobre los pueblecitos de la costa italiana (Scilla, Atrani) y la …