Así como los cables submarinos, el espectro radioeléctrico es parte fundamental en el proceso de desarrollo de las tecnologías y servicios móviles. Entendido por algunos como el símil de las vías ferroviarias del siglo 19 o las carreteras en el siglo 20, el impacto de esta infraestructura es considerable.
Según un estudio de Ericsson, Arthur D. Little y la Universidad Tecnológica de Chalmers, de 2011, al duplicar la velocidad de banda ancha para una economía, aumenta el PIB en un 0,3%. Es por eso que la definición de lo que harán los países en relación a la administración y adjudicación del mismo redundará en la consolidación de 4G y el advenimiento la quinta generación.
Pese a esto, por ahora América Latina parece seguir de lejos estos avances. La cantidad de espectro para servicios móviles que asignaron los países latinoamericanos arrojó en 2019 un promedio regional de 378,6 MHz, cantidad inferior al 20% de la capacidad sugerida por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) para 2020.
Por esto, de acuerdo con la última edición del estudio “Análisis de las Recomendaciones de Espectro de la UIT en América Latina” elaborado por 5G Americas, es importante que los gobiernos pongan a disposición de la industria más espectro radioeléctrico para los próximos años.
Con datos relevados al 15 de agosto de 2019, el reporte de 5G Americas encontró que el promedio regional de espectro para servicios móviles actual de 378,6 MHz representa apenas un 19,3% de la sugerencia de la UIT para 2020, que es de 1.960 MHz …