Una organización que defiende unos principios concretos debería, en teoría, ser un modelo a seguir. Pero en la práctica, esto no siempre se cumple. Es el caso de la campaña Piracy is a Crime, destinada a concienciar sobre la ilegalidad de acceder a contenidos sin los correspondientes derechos de autor. Uno pensaría que quienes están detrás de esta iniciativa actuarían de forma ejemplar en este ámbito. Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta.
Tal como se ha desvelado en un hilo de Bluesky, los responsables de esta campaña utilizaron una tipografía sin contar con los derechos correspondientes y que resultaba ser un clon de otra. Una contradicción total: denuncian el uso indebido de obras protegidas, pero recurren a una fuente que infringe estos derechos de autor.
Una campaña que fue contra sí misma
La campaña se lanzó el 12 de julio de 2004 en cines, con el objetivo de combatir la infracción de derechos de autor en Estados Unidos. Fue impulsada por la Federación Contra el Robo de Derechos de Autor y la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (actualmente MPA), en colaboración con la Oficina de Propiedad Intelectual de Singapur.
El anuncio mostraba escenas como la de una adolescente descargando sin permiso una película, o dos mujeres comprando DVDs en una tienda no autorizada. Estas imágenes se intercalaban con frases impactantes como “No robarías un coche”, equiparando el acceso contenido con derecho de autor con el robo físico.
Curiosamente, un estudio posterior publicado …