Todos recordamos aquel fatídico año 2020 como una especie de apocalipsis en nuestras vidas: no había zombies vagando por las calles, pero la sensación de incertidumbre y pánico generalizado era bastante similar a la de cualquier película del género. La cinta en cuestión, que ha supuesto una bocanada de aire fresco dentro del género zombie, busca intencionalmente reflejar la experiencia del COVID-19 en varios aspectos, pero lo hace de una forma única: abordando el duelo y las emociones humanas, yendo más allá de la acción y lo puramente caótico, como acostumbramos a ver.Desde los supermercados desabastecidos, hospitales colapsados y los comunicados oficiales que minimizaban la gravedad (inicial) de la situación, hasta las malas decisiones gubernamentales… todo esto, lamentablemente, todavía nos resulta bastante familiar. Podría tratarse de la famosa película que predijo el futuro, pero estamos hablando de un filme nacional inspirado en la primera novela de zombis ambientada en España, obra del gallego Manel Loureiro, que ahora ha sido adaptado por Carles Torrens para la pequeña pantalla.Cuando Galicia se convirtió en tierra de muertos vivientesManel (Francisco Ortiz) es un hombre que ha estado viviendo su propio apocalipsis personal tras la muerte de su esposa en un accidente, aislado y sumido en la depresión, con la única compañía de su gato Lúculo. Cuando una extraña enfermedad similar a la rabia comienza a extenderse rápidamente por todo el planeta, transformando a las personas en criaturas extremadamente agresivas y violentas, su hermana Belén (Marta Poveda) le aconseja que abandone Vigo y se reúna …