Hasta ahora, Estados Unidos reinaba sin rival en el mercado de la inteligencia artificial. Aunque proyectos como Mistral en Francia o algunas iniciativas chinas intentaban romper el monopolio, ninguna lograba igualar la potencia de ChatGPT-o1, el buque insignia de OpenAI. Un dominio que parecía consolidarse aún más con el Proyecto Stargate, la alianza entre Donald Trump y Silicon Valley para invertir 500.000 millones de dólares en infraestructuras de IA. Pero el guion ha cambiado: DeepSeek R1, un modelo chino de código abierto, no solo iguala a ChatGPT-o1 en rendimiento, sino que lo hace con un coste operativo de entre el 3% y el 5%, según TechEBlog.DeepSeek: código abierto, eficiencia... y una lección de humildad para OccidenteLas comparativas son odiosas, pero en este Benchmark se puede ver perfectamente la cercanía entre ambos modelos de lenguajeDeepSeek no es solo otra IA china. Es una verdadera declaración de intenciones de lo que puede desarrollar el país asiático sin necesidad de un hardware avanzado. Desarrollada por un equipo liderado por Liang Wenfeng y financiada por un fondo de cobertura de Shanghái, esta inteligencia artificial es gratuita, accesible y de código abierto, un enfoque radicalmente opuesto al hermetismo de OpenAI que originalmente era una fundación y ahora es una empresa con ánimo de lucro. Su objetivo no es acumular capital, sino democratizar la tecnología: cualquiera puede estudiar su arquitectura, modificarla o implementarla. Y aquí está la clave: mientras ChatGPT-o1 depende de centros de datos mastodónticos, DeepSeek R1 logra la misma eficacia con una fracción mínima …