Por Marta Barba para Think Big. Debido a la inmensidad y profundidad de los océanos, y por una falta de concienciación sobre el cambio climático, hasta no hace demasiado, el hombre pensaba que podía tirar en ellos todo lo que se le viniera en gana sin que tuviera consecuencias importantes. La realidad es que la contaminación por plástico marino no deja de crecer. Los desechos industriales, fertilizantes y pesticidas, basuras nucleares y desperdicios invaden nuestros océanos de forma descomunal, hasta tal punto que ni el tiempo transcurrido desde que el hombre camina sobre la tierra sería suficiente para eliminar los residuos que hemos vertido al mar.
Existen pruebas irrefutables de que los océanos han sufrido mucho a manos del hombre durante miles de años. Hay muchos estudios que demuestran la degradación progresiva y constante de las zonas costeras debido a los vertidos industriales y los químicos procedentes de explotaciones agrarias.
Los residuos sólidos como bolsas, envoltorios de plástico, botellas y latas, entre otros, acaban siendo con frecuencia alimento de muchos peces que los confunden con comida, pero también trampas mortales para estos habitantes de mares y océanos. Se calcula que una botella de plástico tardaría, al menos, 500 años en desaparecer en el fondo marino.
Por todo esto se llevó a cabo un concurso, “3M Young Scientist Challenge”, en el que niños de 10-15 años debían presentar una solución creativa y factible a un problema de hoy en día. Anna Du quedó finalista del concurso, con la creación de un robot que identifica …