En 2013 empezaron los rumores serios: Apple iba a lanzar un wearable. Sin poder precisar demasiado si sería un reloj, como los lanzados por LG, Motorola o Samsung; o más bien una pulsera, al estilo de la Nike Fuelband —-recordemos los lazos de Apple y Nike, entonces y ahora—. Para 2014, incluso el día antes de su presentación, seguía habiendo especulaciones varias en torno a lo que sería el wearable de Apple.
Una simple pulsera, un reloj con capacidad para mostrar hologramas, algo de una sola pieza sin posibilidad de personalización... Muchas cábalas en torno al desconcierto que provocaba una nueva gama de producto que nadie sabía ni cómo sería ni para qué serviría exactamente. Ni siquiera cómo lo plantearía Apple.
El Apple Watch original acabó siendo lo que fue, para lo bueno y para lo malo, pero un éxito comercial en definitiva. Hoy, a las puertas de la WWDC 2022, andamos haciendo cábalas sobre qué será ese enigmático realityOS filtrado y registrado por la propia Apple con cierto disimulo. ¿Realidad aumentada o virtual? ¿Un casco o unas gafas, a las cuales parece quedar todavía demasiado desafío tecnológico como para que sean una realidad, nunca mejor dicho? ¿O algún gris intermedio?
A tres días de que —seguramente— se resuelva el misterio, y en lo que deshojamos la margarita, ningún filtrador ha podido detallar con precisión qué será ese realityOS y en qué plazos llegará, o con qué tipo de dispositivo. La sorpresa sería que el lunes …