En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la dependencia de los semiconductores se ha vuelto universal. Estos pequeños componentes son el corazón de casi todos los dispositivos electrónicos modernos, y su producción se ha convertido en un asunto de interés nacional e internacional.
En un reciente foro empresarial en Manila, Filipinas, la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, reveló una visión ambiciosa: ayudar a Filipinas a duplicar sus instalaciones de semiconductores. ¿Cómo? Con una inversión de más de mil millones de dólares para incrementar su producción de chips.
Arreglar una cadena de suministro "demasiado concentrada"
La razón detrás de este impulso es clara: diversificar la cadena de suministro global de chips. Como hemos contado en notas anteriores referente a la "Guerra de los chips", actualmente la producción de semiconductores está altamente concentrada en unos pocos países, principalmente en Asia.
Taiwán, China y Corea del Sur son los gigantes en este campo, con Taiwán, en particular, albergando a Taiwan Semiconductor Manufacturing Corporation (TSMC), el productor de los semiconductores más avanzados del mundo.
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