Las lagunas de Montebello solían ser un espectáculo. Sus tonalidades turquesas y esmeraldas le valieron el título de parque nacional y, por lo tanto, ser resguardadas por la Comisión de Áreas Naturales Protegidas. Pero como suele pasar con etiquetas similares, normalmente la protección queda reducida a un rubro, a una leyenda que acompaña al parque, no traducidas en una serie de políticas y normas que auténticamente sirvan como medidas de conservación.
Las lagunas de Montebello están volviéndose verdes a consecuencia del impacto humano, descargas residuales y el crecimiento de la mancha urbana, señalan desde la UNAM. Javier Alcocer, académico de la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala, dice que el responsable son malos manejos perpetuados a lo largo de 80 años. Las antes esplendorosas lagunas ahora lucen verdes, "con natas en la superficie, olor ahuevo podrido, inclusive mortandad de peces", se lee en un boletín de la UNAM.
El enemigo: fitoplancton
Los problemas son multifactoriales, lo que convierte al problema en uno muy difícil de resolver. Las aguas se volvieron verdes a consecuencia de un proceso conocido como eutroficación, lo que significa un exceso de nutrientes como el fósforo o el nitrógeno. Algunas fuentes son los fertilizantes agrícolas, sedimentos que se deslavan de suelos de bosques talados y hasta descargas residuales de aguas negras.
Los compuestos desatan una reacción en cadena. Básicamente hacen que crezcan microalgas que pueden hacer fotosíntesis y dan cabida a fitoplancton. Más fitoplancton equivale a menos superficie libre …