Hace unas semanas os conté que solo utilizo apps de Apple, para lo que no me faltan razones. También os hablé de qué aplicaciones de terceros uso y cómo las audito para asegurarme de que puedo confiar en ellas. Hoy, siguiendo con el tema de la seguridad y la privacidad, nos toca hablar de usar un servicio VPN. Algo que lleva en todos mis dispositivos hace ya muchos años.
Una conexión que ayuda a mantener la privacidad
Son varios los motivos que me llevan a tener instalado un servicio de VPN tanto en mi iPhone como en mi iPad y Mac. Un servicio que tengo conectado siempre y configurado para que, de hecho, corte todas las conexiones de no poder establecerlas a través del VPN en sí. Todos los motivos que me llevan a ello tienen que ver con la seguridad y la privacidad, pero se desdoblan en varias consideraciones.
Uno de los puntos de venta de los VPNs es evitar que conexiones inseguras se puedan escuchar cuando usamos un Wi-Fi público. Lo cierto es que con la tarifa de datos móviles es poco lo que uso redes Wi-Fi que no sean mías, pero este punto tampoco me ha preocupado mucho nunca. Al final, casi el 100% de las conexiones son https y mediante protocolos seguros. Así, un punto de acceso inseguro podría ver dónde navego, pero no alterar nada de la información en cuestión, ni siquiera verla. Aun así, ver el …