Imagina por un momento una Apple descabezada. A Steve Jobs le han "invitado" a bajarse del barco, las cuentas de la empresa no están todo lo bien que podrían. Preocupados por crecer ante esa escasa cuota del 10% del mercado informático, la marca decide meterse en un nuevo nicho, uno poco explorado. Compañías como AT&T apoyan la idea, pero el coste de desarrollo y la precariedad de la tecnología dan al traste con todo.
Hablamos de algo que se le metió en la cabeza a John Sculley denominado Knowledge Navigator y que un equipo interno de Apple coordinado por Jean Louis Gassee hizo realidad. A un altísimo coste. Eso sí, podemos decir que fue el abuelo del iPad, con todas las letras.
Un mayordomo digital como GPT hace ya 30 años
Con John Sculley como CEO, Apple tenía que demostrar una vez más que iba a la cabeza de la innovación. Así que llamaron Jonathan Ive para diseñar un nuevo producto acorde a los tiempos de frenesí tecnológico de la época. Tras una inversión de unos 100 millones de dólares, el resultado fue un desastre. Uno alimentado por cuatro pilas AAA, que costaba 700 dólares y que medía 20 centímetros de alto por 10 de ancho. De hecho, los primeros prototipos de 'Fígaro', nombre en clave, costaban unos 7.000 euros.
En Applesfera
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