Estamos en el año 2009. Eres un desarrollador emergente que busca lanzar su primer gran juego. Te gusta la idea de jugar a ser dios, y decides lanzarte a por ello. Tras darle unas cuantas vueltas al asunto acabas diseñado una pequeña isla en el medio de la nada. Tu proyecto se llama Pocket God, y lo que no sabes todavía es que se acabará convirtiendo en una de las 10 aplicaciones de pago más populares de la App Store.

Creas unos pequeños personajes que son algo así como tus conejillos de indias. Tienes poder para hacer lo que quieras con ellos. Crearlos, destruirlos, elevarlos, modificarlos… recuerda que eres su dios. Uno omnipotente, y por tanto no hay nada ni nadie que te limite en el infinito ejercicio de tu poder. Finalmente lanzas tu juego para iPhone por un simbólico euro, y no te podría haber ido mejor.

Tu dios particular por tan solo un euro

Si todavía no sabes de qué estamos hablando, es Pocket God. El nombre tiene su lógica. Es un dios de bolsillo. No para tu mundo, evidentemente, sino para el que controlas en el juego. Personalmente no lo he probado, pero he hablado con personas que sí lo han hecho y todos se deshacen en elogios. Algunos no lo recordaban, otros sí, pero nadie lo tenía instalado en sus dispositivos, algo que no sorprende mucho.

Su última …