En el reino animal existen criaturas verdaderamente extrañas, solo basta con echar un vistazo al ornitorrinco, un mamífero parecido a una quimera entre pato y castor, capaz de poner huevos, y además, venenoso. Esta vez toca el turno del picozapato: un ave que, por su aspecto, parece salida de alguna pesadilla prehistórica.
Con una altura de 1.5 metros y 2 metros de envergadura, no está entre las aves más grandes (el avestruz puede alcanzar los 3 metros de altura). Sin embargo, el picozapato es casi tan grande como un humano y posee el tercer pico más largo del reino animal, con una longitud de 30 centímetros, el cual le permite cazar presas grandes.
Un depredador de emboscada
El picozapato (shoebill en inglés) habita en zonas pantanosas y ciénagas de agua dulce en el este de África, desde Etiopía y Sudán del Sur hasta Zambia. Esta ave debe su nombre a la peculiar forma de su pico, que recuerda a un sueco. Con este puede atrapar presas grandes, principalmente bagres, pero también peces pulmonados, serpientes, anguilas y hasta crías de cocodrilos.
Su método de caza se basa en la emboscada. El picozapato se queda completamente quieto antes de abalanzarse sobre sus presas desprevenidas, a las cuales se traga enteras. Aunque comúnmente son aves silenciosas, en épocas de anidación hacen ruido con su pico, a modo de reclamo o saludo. También hacen vibrar los músculos de la garganta para mantenerse frescos, lo que produce …