La próxima convocatoria electoral va a ser una prueba de fuego para una nueva relación entre los partidos políticos y los ciudadanos. La propaganda política clásica, de corte genérico, que entraba por la rendija del buzón ha empezado a mutar en nuevas narrativas para intentar convencer al electorado potencial.
Las circunstancias han cambiado y, quien más y quien menos, dispone de un teléfono móvil, usa alguna aplicación de mensajería de tipo WhatsApp o cuenta con una dirección de correo electrónico. Desde ahora, sin embargo, España ha amparado por ley la recogida online de datos personales.
Con la introducción del polémico artículo 58 bis a partir de la disposición final tercera de la nueva Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD), la reforma de la Ley Electoral (LOREG) deja la puerta abierta, sin embargo, a la posibilidad de que los grupos políticos recopilen datos e, incluso, opiniones de los ciudadanos a través de los diferentes servicios de internet. Un «spam» político en toda regla, según organizaciones de defensa de la privacidad.
Desde la Agencia de Protección de Datos (AEPD) han negado siempre la posibilidad de que los partidos puedan realizar un «perfilado» y «rastreo» ideológico de los españoles. El organismo, encargado de regular este ámbito, aplicará «tolerancia cero» en caso de saltarse la normativa, con lo que, teóricamente, los grupos únicamente podrán enviar «propaganda genérica» a través de las diferentes plataformas digitales.
El matiz se encuentra, precisamente, en eso, en que es teóricamente. La AEPD ha difundido este lunes …