Una de las mejores ventajas que siempre argumento en favor de los iPhone es que requieren muy poco mantenimiento, más allá del inevitable y lógico cuidado que hay que tener para no llegar al tope de su almacenamiento. Lo que hay que mantener es consecuencia de cómo usamos el sistema, no del propio sistema.
Aún así, personalmente siempre hago una serie de comprobaciones periódicas para poder mantener el iPhone en un estado óptimo en cuanto al estado de iOS se refiere. No son comprobaciones obligatorias, pero sí que las recomiendo para todos los que quieran buscar mejores hábitos.
Si no usas una aplicación, bórrala
Muchos iPhone acaban siendo cajones desastre de aplicaciones que se descargan, se usan una o dos veces y luego se dejan abandonadas. Y mi regla aquí es sencilla: de vez en cuanto repaso todas las aplicaciones que tengo instaladas en el teléfono y no tengo piedad para borrar aquellas que ya no uso ni veo que voy a utilizar más.
Sé bien que hay una opción para eliminar la aplicación en sí si no la utilizo durante un tiempo, pero eso es una medida a medias que (en mi opinión) agrava el problema. Hay que quitarse de encima todo lo que no utilices, siempre puedes volver a descargarlo de nuevo desde la App Store si un buen día vuelves a necesitarlo.
Limpieza de lo que más utilizamos: WhatsApp y Telegram
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