Apenas pasada la medianoche del 15 al 16 de agosto de 2020 un Ariane 5 ECA despegaba del Espaciopuerto de Kourou para poner tres satélites en órbita de transferencia geoestacionaria. Fue el primer lanzamiento europeo desde el parón impuesto por la pandemia de coronavirus en marzo.
El lanzamiento se llevó a cabo sin problemas y el Galaxy 30 (G-30), el MEV-2 y el BSAT-4b se dirigen ya a a su órbita de trabajo. El G-30 es un satélite de telecomunicaciones de Intelsat que dará sevicio a América del Norte. El BSAT-4b dará cobertura de señales de televisión 4K/8K al archipiélago japonés.
Pero sin duda la carga útil más interesante del lanzamiento es el MEV-2 de Northrop Grumman. MEV viene de Mission Extension Vehicle, Vehículo de extensión de la misión. Se trata de un satélite diseñado para acoplarse a otro que se haya quedado sin combustible pero que conserve todos sus demás sistemas intactos. La idea es, como su propio nombre indica, extender la vida útil de esos satélites usando los motores y el combustible del MEV-2 para controlar su órbita.
Es el segundo de este tipo lanzado por Northrop Grumman. El MEV-1 ya está acoplado al Intelsat 901 desde febrero de 2020 y se espera que prolongue su vida útil en al menos cinco años. El primer cliente del MEV-2 será el Intelsat 10-02.
El Intelsat 901 visto dese el MEV-1 antes del acoplamiento - Northrhop Grumman
El cohete, por su parte, estrenaba una nueva cofia protectora modificada específicamente para …