Ni el Congreso ni el Senado de Estados Unidos piensan
pasar por alto el poder que en la última década las grandes tecnológicas han acaparado en su país y en todo el mundo. La influencia de las «fake news», las noticias falsas que se dispersaron por sus plataformas a la velocidad del viral y que interfirieron en procesos electorales como las presidenciales de EE.UU. de 2016 (que dieron la victoria a Donald Trump), son prueba de ello. Y ahora, a unos meses de elegir a los próximos candidatos a presidentes, la administración quiere respuestas y acciones. Por eso ha llamado este miércoles a comparecer a representantes de Facebook, Twitter y Google, pero solo los dos primeros se han prestado al combate.La directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, no se salió del discurso oficial. Con un semblante serio, pero revelando una seguridad incluso excesiva -más teniendo en cuenta que a su red social se le «escapan» diariamente miles de cuentas falsas que propagan este tipo de contenido-, ha afirmado ante el Senado que está «en guerra» contra estos entes digitales, que ya no solo llegan de Rusia, sino también de otras partes del planeta, como Irán.
La número dos de Facebook ha vuelto a admitir que fueron demasiado lentos «para detectarlo y para actuar», y ha entonado el «mea culpa» de nuevo: «Eso es culpa nuestra. Esta interferencia fue completamente inaceptable, violó los valores de nuestra empresa y del país que amamos», ha asegurado en un discurso con …