Microsoft pisa el acelerador con uno de sus títulos estrella exclusivos para Xbox y PC, «Forza Horizon 4». Este simulador automovilístico se diferencia de los demás del mercado ofreciendo una experiencia de juego más bien gamberra. Mantiene el curso por la diversión y el arcade, pero tracciona hacia la plasmación final de un título redondo.
Su carta de presentación es sencilla: decenas de vehículos para elegir en un mundo abierto que recrea Inglaterra y sus estaciones, en el que podremos hacer cualquier cosa. La propuesta se ha esforzado en crear un mundo muy abierto en el que todo el mundo podrá encontrar su estilo de juego. Ralph Fulton, director creativo de Playground Games, explica para este diario que esta subsaga dentro de la serie de conducción es «para todo el mundo» por lo que «da igual cómo te guste jugar, siempre va a haber algo que podrás hacer».
El modo campaña no se trata de ganar o perder, simplemente de ganar influencia para que los oteadores de Horizon aprecien nuestras habilidades al volante, nosotros sólo tenemos que ocuparnos de divertirnos. Si lo que nos gusta es el «drifting» o derribar cercados y vallas, este es nuestro juego. La libertad para hacer lo que queramos es total. Tiene una duración estimada de unas 15 horas de juego.
Pero lo realmente interesante no está en la campaña como tal, que deberemos usar tan sólo para hacernos con el juego, sino en lo que ocurre después. Justo en ese momento comenzamos en …