Un antiguo estudiante de Harvard y su equipo hicieron un descubrimiento inesperado que podría resolver una de las grandes incógnitas de la biología. Mientras estudiaban bacterias, identificaron una molécula que podría ser el eslabón perdido entre la fotosíntesis y la respiración aeróbica. Este hallazgo sugiere que ambos procesos evolucionaron juntos, desafiando la idea de que uno precedió al otro.