Hace no tanto tiempo, poca gente consideraba el cine un arte; hoy en día es algo que pocos ponen en duda. Fumito Ueda, animador y desarrollador de videojuegos japonés, es uno de esos creadores de títulos con una sensibilidad especial capaces de hacer tambalearse esa consideración del videojuego como un arte menor.
Ueda es la mente responsable de tres títulos -«Ico» (2001), «Shadow of the Colossus» (2005) y «The Last Guardian» (2016)- que son ampliamente reconocidos como videojuegos de autor. En una entrevista durante el Gamelab 2017, el director creativo de su propio estudio GENDesign manifiesta su intención de «llevar el videojuego a la altura del resto de las artes».
Como receta para mejorar la consideración inferior del videojuego, Ueda propone un modelo alternativo para crear videojuegos en la que las creaciones sean personales. «A la hora de crear, la experiencia propia es lo más importante. Creo videojuegos basados en mi experiencia personal, en lo que he visto en el cine o en los videojuegos que he jugado cuando era joven. Yo no me ciño a las modas del momento porque sino no podría crear algo auténtico», afirma.
Los videojuegos de Fumito Ueda se caracterizan por sus historias universales que tratan sobre la comunicación, en las que paradójicamente los personajes no pronuncian apenas palabras. Estos títulos de acción tienen otro punto en común: la imaginación, que empuja al espectador-jugador a que «lea entre líneas», como explica el propio artista.
Otra de las medidas defendidas por el desarrollador japonés es la …