Dentro de todas las consolas que salieron al mercado a lo largo de los 90, la familia Game Boy fue la que contó con la aceptación generalizada del público consumidor, fundamentalmente porque no tenía competencia real y porque contó con una cantidad nutrida de títulos y accesorios que abrían más posibilidades de entretenimiento.
La gama de accesorios era amplia y hubo algunos de bajo perfil que incluso no nos tocó conocer en América, pero que daban cuenta del afán innovador de desarrolladores que no necesariamente formaban parte de Nintendo, como este creado por Bandai que servía para actividades de pesca.
Dentro de aquellos accesorios que sí eran conocidos en todo el mundo figuraron Super Game Boy y la Game Boy Camera, así como aquel que es motivo de estas líneas: Game Boy Printer.

El desarrollo de Game Boy Printer obedeció a los alcances aplicativos que Nintendo proyectaba con sus sistemas portátiles, vistos ya no solo como dispositivos para jugar, sino como medios de innovación tecnológica.
En 1998 Nintendo lanzó a la venta la Game Boy Camera (o Pocket Camera en Japón), una pequeña cámara digital que se conectaba al Game Boy y que se comercializó como un juguete para generación de contenido con el que, además, se podían activar algunas funciones en determinados juegos.
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Dentro de las finalidades para las que Nintendo diseñó la cámara estaba la posibilidad de imprimir las fotos que se tomaran y para ello era necesaria la Game Boy Printer, una impresora termal de bolsillo que, exceptuando Game Boy …