La tragedia de la muerte del repartidor de Glovo se ha agrandado al conocer gracias a la compañía que no estaba registrado como repartidor. Aunque parezca increíble, el uso de cuentas compartidas habilita a que personas que no cuentan con cuenta de Glovo (ni generalmente están dadas de alta como autónomos ni tienen papeles en España) puedan hacer repartos en nombre de los titulares.
Glovo no permite esta práctica, pero tampoco está haciendo esfuerzos por mitigarla. El año pasado ya se publicaron artículos como este en El Confidencial, donde se destaparon estas prácticas ilegales para Glovo, que por tanto conoce desde entonces, como mínimo, y que son un reflejo de cómo la precariedad que ya de por sí sufren sus repartidores se agrava sin control.
El mismo diario, en una información publicada ayer, también explicaba que, Glovo, que ha afirmado que correrá con los gastos del seguro pese a que el repartidor fallecido no formaba parte de su flota de riders, compensará a la familia con 23.000€. Es la cifra que sale de su información oficial de seguro privado: 20.000€ por accidente mortal, más 3.000 euros por sepelio (gastos de entierro). Por supuesto, es menos de lo que se contemplaría en el caso de que los repartidores tuvieran contrato.
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