Uno de los aspectos más criticados del reciente rediseño de la página de resultados de Google, presentado hace unos días, fue el modo en que difuminaba la diferenciación visual que tradicionalmente había mantenido entre resultados orgánicos y los promocionados (los anuncios, vaya): mismo color de fondo, mismo color de enlace, mismo formato para las URLs...
Todo, menos un detalle: empezó a mostrar la palabra "Ad" (abreviatura de 'anuncio' en inglés) en negrita antes de los anuncios. Lo que podría haber sido una buena solución para diferenciar ambos tipos de contenidos se tornó contraproducente porque, al mismo tiempo, la compañía decidió empezar a mostrar favicons en los resultados orgánicos, de tal modo que el "Ad" parecía ser un favicon más.
Ejemplo del diseño hasta ahora vigente: el primer enlace es un anuncio, los dos siguientes resultados orgánicos.
Un cambio que beneficiaba a los anunciantes
La confusión visual generada va en detrimento de los usuarios, que no obtienen de primeras la información que deseaban pero, sin duda, beneficia a los anunciantes, que ven así subir el porcentaje de clics en sus enlaces.
Google afirma que, en el último año, ha llevado a cabo más de 3.000 cambios en el modo en que nos muestra las búsquedas.
Heather Rist Murphy, vicepresidenta de la agencia de marketing digital Nina Hale, afirmó en declaraciones a la CNBC que, en el caso de sus clientes, han detectado que el número de usuarios que hacía clic en sus anuncios aumentó un 17% con respecto …