Antes de dirigir The Batman y encabezar la aclamada franquicia El Planeta de los Simios, Matt Reeves participó en proyectos más pequeños y modestos. Aquellos que arriesgaron mucho y con poca probabilidad de ganar. Todo eso cambió en enero de 2008.

En la noche en que un grupo de jóvenes de Nueva York se reúne para celebrar la despedida de un amigo en Manhattan, un monstruo de proporciones colosales irrumpe en la ciudad. Esto es: Cloverfield.

En colaboración con J.J. Abrams como productor, esta cinta de mediano presupuesto colocó a Reeves en el mapa y lo catapultó como uno de los más destacados cineastas de su generación. Gran parte de este éxito se debió a una campaña de marketing llena de sitios web y teasers misteriosos.

En medio del misticismo y las expectativas, Cloverfield no solo sorprendió al público, también superó con creces los números en taquilla. Filmada en primera persona al estilo found footage, su perspectiva visual puso al espectador directamente en las calles, lo que permitió conectar de una manera más profunda con la catástrofe.

A lo largo de la película, los personajes enfrentan la devastación de la criatura, el colapso de edificios, la intervención militar y la amenaza de parásitos monstruosos. Su formato de primera persona permitió sumergir a la audiencia en medio del terror e incertidumbre. Esto transformó a la cinta en una de las experiencias inmersivas jamás realizadas.

Otro punto que …