El de los pagos móviles es un fenómeno aparentemente imparable. Su facilidad de uso, su rapidez, su sistemas de seguridad son sus principales atributos para romper con lo establecido hasta la fecha en lo relativo a las compras. Un comodín que juegan los fabricantes de tecnología de consumo y las entidades bancarias.
Suena perogrullo pero lo tiene todo para triunfar en el futuro. Pero para su adopción masiva se está requiriendo de varios cambios estructurales como la sustitución de los terminales de pago que estén adaptados a esta función, la compatibilidad de la entidad bancaria y la accesibilidad de los servicios para realizar las transferencias. No hay que perder el norte, pero todavía quedan muchos aspectos que resolver.
Aún con esas, los usuarios tienen varias alternativas a seguir para empezar a hacer sus compras en comercios y grandes superficies con el dispositivo que no abandonan ni para ir al baño, el teléfono móvil. Hay tres grandes jugadores, Apple, Samsung y Google. Todos ellos han formalizado en los últimos años sendos acuerdos con las principales entidades bancarias en España a pesar que algunas de ellas también incluyen en sus aplicaciones funciones similares.
Apple Pay
Es una alternativas más robustas y que ha ganado poco a poco importancia. Pese a un inicio difuso en el que desembarcó en España con escasos acuerdos, el servicio de Apple cuenta en la actualidad con la posibilidad de agregar los datos de las tarjetas de crédito y débito de las principales compañías bancarias del …