Había una vez en 1984, un Honda que soñó con el futuro de los autos. Este concept car, conocido como HP-X, presentado durante el Salón del Automóvil de Turín, era un superdeportivo que anticipaba una era de diseño radical y aerodinámico.
Diseñado por Pininfarina, el HP-X tenía una forma de cuña y un motor V6 de 2.0 litros derivado de la Fórmula 2, una visión futurista que deslumbró a todos, pero que nunca llegó a producción. Sin embargo, el HP-X no fue solo una fantasía pasajera; fue el primer concept car moderno de Honda y un precursor del icónico NSX que debutaría cinco años después.
El HP-X no solo impresionó por su motor, sino también por su innovador uso de materiales como el kevlar y la fibra de carbono para mantener un peso ligero. Además, empleó un sistema de efecto suelo para mejorar su agarre y un freno de aire controlado por el conductor, elementos que en su momento parecían salidos de una película de ciencia ficción.
A pesar de su avance tecnológico y su diseño vanguardista, el HP-X nunca llegó a las líneas de producción, por lo que quedó en la memoria como una muestra de lo que podría haber sido. Lo más sorprendente de esta historia es cómo un vehículo que nunca vio la luz del día en el mercado pudo tener un impacto tan duradero en la industria automotriz.
Interior Honda Hp X …