El desgaste prematuro de las llantas es un problema común que afecta tanto a conductores experimentados como a novatos. Los neumáticos no solo sostienen el peso del vehículo, también garantizan el agarre y la estabilidad en la carretera.
Ignorar su cuidado puede derivar en accidentes o reparaciones costosas. ¿Qué estamos haciendo mal? Hábitos cotidianos como estacionar de forma descuidada, ignorar la presión de aire o evadir el mantenimiento preventivo pueden ser los principales culpables.
Los conductores, sin importar su experiencia, suelen cometer errores que dañan las llantas sin darse cuenta. Por ejemplo, estacionar raspando la banqueta no solo afecta la estética de las ruedas, también puede deformar la banda de rodadura y causar desalineaciones.
Además, muchos olvidan calibrar los neumáticos según las especificaciones del fabricante, lo que provoca un desgaste irregular y aumenta el consumo de combustible. Estas acciones, aunque parezcan insignificantes, tienen un impacto negativo directo en la seguridad y rendimiento del vehículo.
Llanta sin aire creada por Michelin.
¿Cómo evitarlo? La clave está en adoptar hábitos conscientes y realizar un mantenimiento constante. Mantener una distancia segura al estacionar, rotar las llantas cada ciertos kilómetros y realizar alineaciones periódicas prolongan su vida útil. También es fundamental evitar los baches a toda costa. Si no hay opción, pasar lentamente reducirá el impacto y protegerá los neumáticos de posibles deformaciones.
Además, el estilo de conducción impacta directamente en la vida útil de los neumáticos. Acelerar …