Entre vastos desiertos y forajidos vaqueros, el western es uno de los géneros más destacados en la historia del cine. Aunque podemos mencionar a representantes como John Wayne o Clint Eastwood, fue Kevin Costner quien se hizo con el título de dirigir la película del viejo oeste más taquillera de todos los tiempos gracias a Danza con Lobos. Pero en 2012 le arrebataron el podio.

En Texas, dos años antes de la Guerra Civil Americana, el cazarrecompensas alemán King Schultz le ofrece a un esclavo liberarlo con la condición de capturar a unos asesinos. Este acepta con la esperanza de rescatar a su esposa, quien ha sido capturada en una plantación. Esto es: Django sin cadenas.

Con su característico estilo violento y narrativa no lineal, Quentin Tarantino ofreció un western no solo a la altura de las grandes producciones de Sergio Leone, sino una historia llena de venganza y sangre. Mucho podemos decir de esta obra. Tanto las actuaciones como el guion, e incluso el propio soundtrack, hacen que uno como espectador quede paralizado frente a la pantalla.

Durante sus casi tres horas de duración veremos a personajes grandiosamente encarnados por Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio y Samuel L. Jackson. Así, entre una subcrítica al racismo llena de sátira, también podemos gozar de los ya conocidos diálogos creados por el cineasta para posteriormente pasar a la acción desmesurada.

El éxito del metraje se vio reflejado …