[Recomiendo Mi agüita amarilla de Los toreros muertos como banda sonora mientras lees esta anotación.]
Junto con la Starliner, su cápsula espacial tripulada, Boeing ha diseñado un traje espacial para que quienes viajen a bordo lo hagan protegidos frente a emergencias como incendios o despresurizaciones.
Se trata de un traje ligero, flexible y cómodo, ajustado a la medida de cada astronauta, más fresco que otros anteriores, y para gustos, hasta bonito.
Pero de lo que no hablan en vídeos promocionales como éste es de que los astronautas tienen que pasar horas metidos dentro de sus trajes y de que durante ese tiempo sus necesidades fisiológicas aparte de respirar –AKA hacer pis y caca– no se detienen.
Así que estos trajes tienen que incluir los sistemas necesarios para «gestionar los desechos». Y lo que es peor es que alguien tiene que probarlos antes de mandarlos al espacio, no vaya a ser que.
Y esto exactamente es lo que hizo –aunque de forma voluntaria– Kavya Manyapu, ingeniero de pruebas de operaciones de tripulación y de vuelo en Boeing. En sus propias palabras:
Una de las primeras cosas en las que trabajé fue en la gestión de residuos -específicamente, averiguar cómo los astronautas se aliviarán cuando están metidos en el traje, ya sea en la plataforma de lanzamiento o mientras esperan para llegar a la órbita. Al principio probamos un sistema, que te ponías como si fuera ropa interior, capaz de absorber los fluidos de desecho del cuerpo. No sabíamos si sería capaz …