La década de los ochenta nos entregó franquicias inolvidables de aventuras donde los efectos especiales no eran algo común, así que tenían que ingeniárselas para plasmar todo lo que imaginaban. Un ejemplo perfecto es Los Goonies, producción que se estrenó en 1985 y se convirtió en un clásico instantáneo.
Desde su creación pintaba para un éxito, contando con Richard Donner (La profecía, Superman y Arma Mortal 2) como director, mientras la historia era de nadie más y nada menos que el legendario Steven Spielberg. Nada podía salir mal.
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A Steven Spielberg no le dejaron hacer una película de James Bond y por eso aprovechó a crear este momento en Indiana Jones
La trama es sencilla: relata el viaje que emprende un grupo de niños en búsqueda del tesoro del pirata Willy para poder resolver los problemas económicos de sus familias. Algo muy sencillo, pero que tiene el encanto para encajar con todos los grupos de edades, nunca se siente como algo diseñado solo para niños.
Una de las escenas más memorables es cuando nuestros protagonistas conocen por primera vez el barco pirata. Ese momento es mágico porque realmente estaban sorprendidos, ya que el barco era real y era la primera vez que lo veían.
Entre los actores, encontrábamos a unos jóvenes Sean Astin (Sam en El Señor de …