Jamás se me va a olvidar aquel momento a finales de 1997 cuando llegando a casa de uno de mis mejores amigos de la primaria, éste me sorprendió al mostrarme una caja de PlayStation que no contenía uno, sino tres discos. “Mis papás me acaban de traer esto de Estados Unidos, dicen que es un juego de hablar, pero se ve que dura años. Mira, viene en tres discos. Creo que fue el que vimos anunciado en EGM hace unos meses ¿te acuerdas?” Claro que me acordaba “¡Final Fantasy VII!” Le grité al rostro. “¡No manches! ¿ya lo empezaste?” Volví a levantar la voz, no podía de la emoción. A lo que me respondió con un “sí… pero ya vez que no soy tanto de estos juegos, estaba esperando a que vinieras porque ya sé que te vuelven loco los… ¿cómo decías que se llamaban?”. Volteando mis ojos a verlo le contesté sin pensarlo “¡RPGs! Sí sí, ya, vamos a ponerlo de una buena vez” Para mi desgracia, en ese momento yo no tenía en casa la nueva consola de Sony, me tenía que conformar con mi N64 y seguirme lamentando de haber accedido a regalar mi NES y SNES. Como sea, ese día, de nueva cuenta, la aún Square Soft me enamoró.