Siempre he dicho que la ciencia ficción es el género más flexible de todos los que puede haber en el mundo del entretenimiento. Por su naturaleza, cualquier obra que toque alguno de sus temas, tiene espacio ilimitado para expandirse, pues justamente se trata de proponer ideas que no existen y que por ahora, no son posibles de otra manera. Las historias sobre androides o inteligencias artificiales que se vuelven conscientes de sí mismas son constantes, pero normalmente nos presentan distintas versiones del mismo tópico. Ahora, Quantic Dream nos presenta su versión con Detroit: Become Human, juego en el que se habla de todo este asunto de robots con actitudes humanas y que de alguna manera, hace sentir que estos eventos están más cerca de lo que algunos podrían pensar.