Al ser una industria, el tema comercial siempre será uno de los más relevantes para los creadores de videojuegos, incluso podríamos decir que es el factor que al final, dicta quién sigue con vida y quién se debe de extinguir. A pesar de lo anterior, aún existen publishers e inversionistas que creen que la calidad de los productos que venden debe de seguir apuntando hacia lo más alto y que cierto grado de riesgo, es completamente aceptable si de regreso se logran obras innovadoras que impulsen al medio hacia nuevos horizontes. Durante los últimos años, hemos sido testigos de cómo es que Bethesda ha puesto sus apuestas más fuertes en estudios pequeños no tan conocidos que actualmente, se empiezan a hacer de un nombre lleno de prestigio gracias a las experiencias que nos han entregado como por ejemplo, el caso de Arkane Studios y su espectacular saga de Dishonored, misma que luego de una memorable segunda parte el año pasado, regresa en este 2017 con Death of the Outsider.