Entre siete y nueve horas al día. Según la ciencia, ese el rango recomendado que deben dormir los adultos para tener hábitos del sueño saludables. Al ser una función vital, igual que comer o beber agua, reducirlo puede provocar malestares e incluso enfermedades crónicas. Entre ellas: la demencia o el Alzheimer.
"Hasta hace poco, la gente estaba muy orgullosa de lo poco que dormía". Estas palabras vienen de Russell Foster, director del Instituto del Sueño y Neurociencia Circadiana en la Universidad de Oxford, quien ha estudiado cómo los ciclos circadianos influyen en el descanso diario y, por ende, en nuestra salud cognitiva, concentración y productividad.
Durante una plática para el podcast Brave New World, el neurocientífico explicó cómo durante la década de los 80 se popularizó la idea de que pasar una noche en vela era vista a la par de un logro. Consolidada como una tendencia que persiste hasta el día de hoy, lejos de ser sinónimo de productividad, el insomnio crónico nos vuelve menos eficientes o empáticos.
"No puedes pensar con claridad, no puedes tomar decisiones sensatas, y tu capacidad de captar señales sociales se ve mermada".
Russell Foster.
Si alguna vez te has desvelado y al siguiente día amaneces de malas, este es solo uno de los diversos efectos secundarios a nivel cognitivo. Para dar una idea, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Central de Queensland, Australia, conducir después de dormir menos de cinco horas …