En 1949, un equipo de arqueólogos liderado por Eulalia Guzmán Barrón aseguró haber dado con los restos de Cuauhtémoc, el último huēi tlatoani mexica, en el estado de Guerrero. Los huesos se encontraban enterrados en una iglesia que hoy sirve como museo al que cada año, en febrero, arriban los turistas para "rendir homenaje" al emperador que lideró la defesa final de Tenochtitlan.
Tras esto, el Instituto Nacional de Antropología e Historia envió tres comisiones a visitar la zona para analizar dichos restos. Al final, el INAH refutó el hallazgo de Guzmán Barrón y su equipo. Esto desató una polémica que sigue vigente entre quienes apoyan el descubrimiento de Guzmán Barrón y quienes dudan de su autenticidad.
El supuesto hallazgo
Según la antropóloga Rosalba Quintana Bustamante, todo comenzó cuando Guzmán Barrón llegó con su equipo al municipio de Ixcateopan. Allí existía el rumor de que los restos del personaje se encontraban enterrados en el Templo de Santa María de la Asunción. Además, se contaba que una familia local, de apellido Juárez, poseía documentos que indicaban el sitio exacto del entierro.
El equipo de Guzmán Barrón organizó una excavación en el sitio donde se encontraba el altar de la iglesia. En el lugar se hallaron unos huesos calcinados, así como una punta de lanza y una placa ovalada que tenía inscrito "1525-1529. Rey e S. Coatemo". La arqueóloga aseguró que se trataba de los restos de Cuauhtémoc y que los objetos respaldaban la …