Las plataformas de streaming surgieron como una gran alternativa para disfrutar de todo tipo de contenido sin la aparición de publicidad y con un catálogo de cientos de películas, series de televisión, documentales y otros programas. Su auge dio lugar a que se normalizara el pago de una suscripción mensual con la que acceder a contenidos desde cualquier dispositivo y con el único requisito de tener una conexión a Internet.
A lo largo de los últimos años el panorama ha cambiado sustancialmente, y eso se ha traducido sobre todo en una gran subida en el precio de estas suscripciones, la incorporación de planes con anuncios y estrategias para abordar la limitación de cuentas compartidas. El negocio del streaming lleva tambaleándose un buen tiempo y la competencia que hay detrás hace que muy pocos servicios sobrevivan.
Crunchyroll es una fantástica plataforma, pero cabe tener en cuenta sus puntos débiles
En lo personal, he llegado a pagar por prácticamente todos los servicios destacados: Netflix, HBO Max (ahora Max), Prime Video, Disney+, Movistar Plus+, y más. Esto, claro está, era más o menos sostenible bajo planes de suscripción compartidos y unos precios más asequibles. Actualmente, me he deshecho de prácticamente todos estos servicios a excepción de dos: Prime Video y Crunchyroll. El primero de ellos porque se incluye en mi suscripción a Amazon Prime y me sigue pareciendo rentable, mientras que el último es porque ha sido de las pocas plataformas que siento que han sabido hacer las cosas realmente bien.
…