Hubo un tiempo en el que usar Apple Maps era todo un deporte de riesgo debido a los muchísimos problemas que tenía. Aunque quedaron muy atrás hace tiempo, ya que aquello fue en su nacimiento en 2012. No en vano, implicó en su día el despido de Scott Forstall, llamado a ser uno de los sucesores de Steve Jobs. Sin embargo, mi experiencia reciente con Apple Maps no había sido buena. No desastrosa, aunque sí con elementos que dejaban que desear.
Véase como ejemplo de mi mala experiencia el hecho de que confundiese un amplio carril bici con un tramo de carretera para automóviles o que no tuviese algunos nombres de calles actualizados. Sin embargo, hacía tiempo que combinaba el uso de Apple Maps con Google Maps y Waze, fiándome de la de Apple únicamente para ciudad. Por eso quise darle una oportunidad como mi única app para un viaje largo. Y ya adelanto que me ha sorprendido para bien.
Con CarPlay todo es más sencillo
Mi viaje de vacaciones ha sido de más de 1.000 kilómetros (contando ida y vuelta, así como trayectos en mi destino). Y pese a que podía haber llevado el iPhone en un soporte del coche, lo cierto es que resultaba absurdo teniendo un coche compatible con CarPlay. Todo en pantalla grande es mejor.
Pues bien, aquí descubrí la primera ventaja de Apple Maps frente al resto de apps de GPS. Todas se adaptan muy bien a …