Aunque para quienes llevamos ya unos cuantos años en esto las barras de herramientas parecen ya un peligro lejano y anclado en el pasado, este tipo de malware sigue causándole hoy muchos problemas a miles de usuarios noveles en todo el mundo, sobre todo si no tienen las precauciones mínimas a la hora de descargar su software favorito de ciertas páginas web.
Las advertencias sobre las toolbars llevan tantos años rondando la red que muchos usuarios ni siquiera se las toman en serio, razón por la que movido por la curiosidad, he decidido empezar a instalar toolbars para emular algunas míticas imágenes que llevan años en la red y experimentar en primera persona las consecuencias de no tener cuidado con estos complementos.
Instalando las barras de herramientas
Aunque en muchos casos forma parte de la experiencia, durante este experimento he intentado centrarme en las barras de herramientas dejando a parte el crapware extra de los instaladores de algunas webs. Por eso he decidido ir a lo bonzo buscando las páginas de origen de las toolbars para descargarlas directamente desde allí.
Las instalaciones no las he realizado en ningún equipo de trabajo, no estoy tan loco, sino que he utilizado un portátil recién instalado, con una instalación limpia de Windows 8.1, y sin ningún otro programa instalado. Utilizaré el Internet Explorer 11 que viene de serie, y una vez haya terminado con la prueba volveré a formatear (o directamente a quemar) el equipo antes de volverlo a utilizar.
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